El prócer promovió el proyecto "Hilario", destinado a la fundición de metales, con la visión de convertir a San Juan en un polo industrial y mejorar significativamente la situación económica de la región. Las famosas Ruinas de Hilario, ubicadas en el departamento Calingasta, representan lo que una vez fue la primera instalación metalúrgica del país.
A pesar de las limitaciones tecnológicas de la época y la escasez de mano de obra especializada, el proyecto estuvo en funcionamiento durante diez meses fundiendo importantes cantidades de plata y dejando una huella indeleble en la historia de la minería, tanto en San Juan como en todo el país.