El 27 y 28 de junio se conmemora un nuevo aniversario de las Invasiones Inglesas.
Por este motivo compartimos algunas reflexiones que estos acontecimientos inspiraron en domingo F. Sarmiento y que dejó plasmados en diversos escritos reproducidos en sus Obras Completas.
“…El año de 1806, cuando todas las colonias dormían en un sueño profundo, la Inglaterra mandó una escuadra i un ejército para apoderarse de las llaves del Rio de la Plata.
Fuese presentimiento de la importancia de Buenos Aires, fuese temor a la resistencia que podrían oponer otras colonias más fuertes, la Inglaterra escogió esta ciudad para una fácil conquista, y si no se equivocó en los antecedentes, se engañó tristemente en los resultados que le fueron aciagos sobre manera, no por la fuerte organización del poder, sino por el temple raro del pueblo que tan manso se había imaginado.
Cuando se trató de la defensa de Buenos Aires, el gobierno encargado de la conservación de los dominios del rey, anduvo más medroso y bisoño que el pueblo encargado de velar por su propia libertad y por su seguridad. Este último se levantó en masa casi por instinto, corrió a las armas, y no dejó de hacer fuego, sino cuando los extranjeros pidieron cuartel y se rindieron a discreción.
Después de la victoria más gloriosa y más espléndida que ilustró jamás los anales de una colonia, los hijos de Buenos Aires con el fusil en las manos aun, se reunían en corros asombrados ellos mismos de lo que habían hecho, y preguntándose lo que eran ellos que tan grandes cosas ejecutaban. Algunos empezaron a sospechar que eran un pueblo, con grandes instintos, con fuerzas suficientes paran vivir de su propia vida y desprenderse de la metrópoli.
La juventud se abandonaba a extraños sueños de gloria y de proezas; y los pensadores, al estudio de las revoluciones que habían perturbado la Europa en los últimos años, y de las doctrinas y principios que luchaban por establecerse en la sociedad. Entonces principia en Buenos Aires una nueva época de expectativa y de preparación que conmueve toda la sociedad…“ O.C. Tomo VI.