Tenía una especial predilección por los animales de cuya compañía había gozado desde pequeño en su casa paterna.
Esta preferencia lo impulsó a ser uno de los pioneros en el movimiento proteccionista argentino en favor de los animales, tal es así que a los pocos meses de asumir como presidente Sarmiento, movido por su amor a los animales, organizó una multitudinaria marcha en defensa de los mismos, que consistió en una suelta de pájaras en la mencionada plaza. Primera en su género en el país.